COMENZANDO EL AÑO

Después de dos años de cambios fundamentales en la sociedad y en casi todos los países, aún cuando no hemos visto la totalidad de los mismos, no cabe duda que hay muchas cosas que no volverán, formarán parte de la memoria colectiva.

Nunca como hasta ahora se ha reducido la importancia de muchos temas dejando espacio para recuperar una calidad de vida que parecíamos haber olvidado. En este orden de cosas, aún cuando muchos empleados siguen añorando la presencia física en oficinas, no cabe duda que el trabajo remoto tiene más ventajas que desventajas desde el punto de vista humano. A los lideres y a la alta gerencia les compete establecer los planes de trabajo con objetivos y fechas claras a efectos del seguimiento.

Es ahora cuando adquiere mucha más importancia el tema de las relaciones humanas y la empatìa. Las empresas deberán ampliar sus programas sociales e incorporar muchos temas espirituales para retener a los mejores talentos. La compensación podrá ser un factor determinante para captar buenos candidatos pero un buen paquete sin un contenido social y espiritual se quedarà rezagado y abrirà las puertas para que los perfiles más sòlidos miren hacia afuera buscando un equilibrio entre lo profesional y lo personal. Ya han probado cómo es disponer de tiempo para sì y sus familias, ya han podido ver cómo crecen sus hijos, han formado parte de un incipiente pero creciente humanismo y eso los ha hecho reflexionar sobre temas tan filosóficos como la vida y su sentido.

Por ello es absolutamente necesario que quienes tienen las riendas de las empresas en sus manos se formen en temas más vinculados con la gente, buscando generar una empatía que mantenga los límites pero fomente la cercanìa. La transformación no pasa solo por la tecnología o el conocimiento, pasa por la dimensión más humana del sistema de vida.

Tarde o temprano quienes no se den cuenta de estos cambios y tomen acciones para adecuarse a ellos quedaràn fuera del sistema porque sus perfiles no se adecuarán a las necesidades de las empresas por lo que sus carreras tendrán claras limitaciones de crecimiento. Una empresa que no contemple estos temas y mantenga unas tradiciones atávicas está condenada a perder mercado y que sus competidores más agresivos en estos temas se posicionen mucho mejor.

Así que es imperioso incluir en los perfiles las competencias más “blandas” es decir, la empatía, la cercanía, y la mirada social. Eso permitirá una mayor sostenibilidad en el tiempo y en los mercados. Habrá que ocuparse con más rigor de la alimentación de los empleados, buscando que sea más saludable. Una alimentación poco adecuada o menguada influirá en el rendimiento. Cuando un empleado tiene en su cabeza como resolver una serie de temas como la salud, la alimentación, mantener a sus hijos en buenos colegios, etc disminuye, sin duda, su foco en el trabajo.

Es de mencionar como ejemplo que el Banco Santander en España implementó planes para ocuparse de la actividad física adecuada a sus empleados, lograr un equilibrio cuerpo-mente, mantener buenos índices de salud y una alimentación saludable.

¿Qué no es competencia de la empresa? Para una empresa de espaldas a su gente y a la sociedad en la que está inmersa puede no serlo pero para aquellas orientadas a sus recursos humanos y dejar huella con su responsabilidad social si es competencia.