1.- No solo la economía se ha dolarizado, ya mucha gente paga en restaurantes o en consultas médicas con moneda dura, los salarios se han dolarizado. Hasta niveles bajos en la estructura organizativa, dependiendo de lo clave que sea la posición, perciben montos mensuales, que oscilan entre $50 y $500 y, en muchos casos, bonos adicionales anuales. Y los que no lo perciben, para un cambio, lo piden. Si no hay esa posibilidad ni siquiera asisten a entrevista.
Es, sin duda, la manera de preservar el poder adquisitivo y los ahorros. El peligro está en aquellos que buscan paquetes mixtos para ahorrar para irse. Y aunque manifiestan “anclajes” familiares, etc., salen sin trabajo y sin considerar los costos afectivos y materiales que la migración significa. Un ejemplo de ello es alguien de 55 años que tenía una posición gerencial reconocida en una buena empresa y se aventuró a irse sin trabajo. Hoy día está de vendedor buscando regresar al país con el estatus profesional que tenía al irse hace unos meses atrás.
Para Recursos Humanos el tema de compensación y beneficios se ha complicado, las empresas que no pagan en moneda dura sino el equivalente en bolívares soberanos tiene que recalcular mensualmente, no sólo los incrementos, sino el valor con que se pagarán esos bonos mensuales. Y las empresas que no tengan contemplada la compensación mixta no tendrán acceso al talento que realmente necesitan. En un momento de país como el que vivimos sin talento no se avanza.
2.- El otro tema del cual hemos hablado, aun cuando no nos toca tan directamente en nuestro país, es la modificación de los perfiles basados en el conocimiento y en la tecnología de punta. Así como cuándo la telefonía se automatizó y desaparecieron las telefonistas que tuvieron que reinventarse, muchas posiciones actuales tienden a desaparecer y a reconvertirse por lo que requieren de mucha flexibilidad y adaptación al cambio, disposición a nuevos aprendizajes, pensamiento estratégico y creatividad. Situación equiparable a las empresas, aquellas que sigan utilizando medios tradicionales para captar talentos o que empleen baterías de pruebas, muchas de ellas hoy obsoletas, se quedan desfasadas del ritmo y el estilo actual.
3.- Estamos asistiendo a otra ola de migración que enfatizará los vacíos en áreas álgidas para las empresas, como tecnología. No es extraño encontrar que talentos del área de informática trabajan desde sus casas para afuera, percibiendo honorarios en dólares, por lo que no están interesados en trabajar con horarios o dentro de estructuras que coarten sus posibilidades independientes. Formar generaciones de relevo no es garantía y menos con gente joven que ve la vida laboral muy diferente como se veía unos años atrás.