¿Cómo manejar el miedo que genera la incertidumbre, lo desconocido? ¿Qué hacer cuando vemos numerosos despidos en muchas empresas? Está claro que no todas las personas reaccionan igual frente esta situación inédita.

Es necesario tomar conciencia de lo que sucede está fuera de nuestro control y focalizar en lo que sí podemos controlar: está dentro de nuestro control, en los distintos ámbitos en que funcionamos la manera como enfrentamos ese miedo y esa incertidumbre. Uno de los factores claves es la capacidad de transformación. Si el miedo nos paraliza no tendremos la flexibilidad para adaptarnos y transformarnos. ¿Qué significa esto? Que tenemos que salir de nuestra zona de confort, entender que hay que nadar la corriente en vez de dejarnos arrastrar por ella.

Todos estamos en el filo de la navaja, nadie sabe cómo derivará todo esto, lo que sí es posible saber es donde está parado cada quién, revisar quién es, a donde quiere ir, con que recursos y competencias cuenta para “surfear la ola” Esto implica un cambio de mentalidad, trabajar con las creencias limitantes de cada quién y cambiar la mirada que tenía sobre sí mismo hasta ahora: adquirir nuevos conocimientos o fortalecer los adquiridos para acompañar y procesar los cambios. Si bien hay que “mirar” hacia afuera, lo fundamental es “mirar” hacia adentro para enfrentar con fortaleza las emociones que nos genera, sobre todo el miedo y la incertidumbre.

Se requiere actualización tecnológica, uso de los recursos técnicos con destreza, identificación de oportunidades y visión de cómo abordarlas, sabiendo que las decisiones y las acciones de hoy generan nuestro futuro. Hay que dar un buen uso al tiempo, agilidad en la toma de decisiones, aprender de los errores en vez de verlos como fracasos. Se trata de innovar, ser creativos, estar centrados en el aquí y ahora y con ello “neutralizar” los miedos, pasamos del preocuparnos al ocuparnos. Enfocarse en lo que puede pasar, sin tener el control, genera angustia y ansiedad. Tenemos la mejor oportunidad de demostrar y demostrarnos de lo que somos capaces.

Desde el comienzo de esta pausa obligada se ha escrito mucho de temas de empresa, se han efectuado muchos conversatorios y webinar. Para la mayoría de las personas esos temas han significado un refrescamiento porque están en disposición de aprender y revisar lo aprendido. Se ha hablado de cómo tiene que ser el líder ahora, qué cambios ha sufrido el concepto y el ejercicio del liderazgo.

No todos están abiertos al aprendizaje y el miedo condiciona su comportamiento. Hay que detectar quienes son pues con ellos es que hay que trabajar para fortalecer sus competencias y apoyarlos en la mejora de esas áreas de oportunidad. Si se trata de un buen empleado, con un muy buen desempeño pero con alguna dificultad, como miedo por su futuro, por su estabilidad en la empresa,  hay que apoyarlo para que utilice sus recursos a plenitud y facilitarle que se dé cuenta que se obtienen mejores resultados haciendo las cosas de otra manera o liderando a su equipo con más comunicación y apertura a dar retroalimentación, tomar conciencia de su miedo y las creencias que limitan su acción lo hacen mucho más fuerte para el manejo de su equipo y de los miedos que su gente también tenga.