Sin duda la gente joven, muy formada en ambientes digitalizados y acostumbrados a los cambios tecnológicos. Están listos para asumir po- siciones emergentes. Pero la automatización deja por el camino a aquellas personas cuyos empleos desaparecen y que, además, no son personas digitalizadas ni cualificadas para enfrentar los cambios tecnológicos. Esto acentúa la desigualdad social al dejar de lado a quienes no pueden acompañar estos cambios, pudiendo asumir empleos más precarios, más clericales, formar parte del paro o emprender si contaran con medios y creatividad para ello.
Son personas que no avanzan en las organizaciones o por efectos de reestructuraciones, ya sea por minimización de la operación o la búsqueda de mayor eficiencia tecnológica, forman parte de despidos a veces masivos. Suelen ser personas de cierta edad y aún cuando la esperanza de vida en nuestro país parece haber retrocedido 3 años, el mayor cuidado personal y de salud ha hecho que sean personas con alto nivel energético, que posiblemente sean más longevos pero que en situación de confort no hayan hecho mucho más allá de su formación inicial o de la que le proporciona la empresa. Suelen estar ajenos a los efectos de los cambios en sus carreras, ya sea por desinterés, comodidad o falta de medio económicos.
Independientemente de la formación o entrenamiento que brinde una empresa, la disposición a superarse de cada quién lo ubica en donde quiere estar. Quienes efectúan agravios comparativos por el crecimiento de sus pares no se están viendo a sí mismos ni a sus limitanes en el desempeño de sus responsabilidades en el mundo en que vivimos, donde el conocimiento y la tecnología desplazarán y eliminarán muchas de las posiciones actuales en los organigramas.
Así que además de las competencias innatas que pueda tener alguien, debe tomar acción en su propio desarrollo, trabajando continuamente en mejorar y fortalecer las competencias que se requieren hoy en día. Un ejemplo es el liderazgo acorde a lo que hoy día debe ser un líder, cercano a su gente, motivador, etc. Alguien muy bueno en su desempeño técnico pero con dificultades de comunicación e interrelaciones no podrá avanzar demasiado. Por ello es necesario que asuma en que competencias tiene que trabajar para una mejor integración a las demandas del mercado laboral.
Si a esto le sumamos los costos actuales para formarse en nuestro país y la dificultad económica que significa para mucha gente asumirlos, solo unos pocos serán los afortunados que estarán actualizados. Y no hablemos de las generaciones que se están formando con dificultades alimentarias que repercutirán en su intelecto.
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