Los países en que residen más venezolanos, de acuerdo a nuestro registro de elegibles son: USA 14%, Colombia 12%, Panamá 11%, España 9%, México 7% Chile 7%= 60%. El 40% restante se divide en muchos otros países pero con porcentajes muy por debajo de los mencionados, entre otros Costa Rica, Uruguay, Argentina, Brasil, Canadá, etc.

Cambio de paradigma: la rotación en nuestro país es ya una constante. Quienes esperaban contratar para largas permanencias en las empresas tienen que cambiar el paradigma, la gente cambia con mayor frecuencia, los jóvenes porque se aburren si no hay retos ni buenas compensaciones, los no tan jóvenes buscando incrementar sus ingresos y ambos grupos etarios con un pie fuera del país, contratarlos, aunque no manifiesten su disposición a irse, es una fuga anunciada. Este cambio de paradigma implica redefinir el entorno de trabajo, los perfiles y colocar pares en entrenamiento para suplir posibles vacantes.

Si hay alguien con la experiencia, el potencial, la actitud tal vez haya que hacer un contrato a tiempo determinado, de un año mínimo, para lograr permanencia, aderezado con programas de retención que motive al candidato a seguir desarrollándose en la empresa. Esto es más complejo en las áreas donde escasean más los talentos, esperar a contratar los perfiles ideales puede hacer que se pierdan talentos que pueden aportar aún cuando no vayan a permanecer años y años en la empresa.

Aún cuando en el país no hay pleno empleo, hay una guerra de talentos soterrada que está llevando a resquebrajar la equidad interna por programas de retención a talentos claves o por contratación de talentos necesarios que pueden aspirar a mucho más de la banda en que estarían colocados usualmente. Esta “guerra” de talentos no es exclusiva de Venezuela, en muchos otros países está sucediendo lo mismo por lo que se producen contrataciones de un país a otro, no siempre en las mejores condiciones pero en el caso específico de nuestro país la inflación y la inseguridad son coadyuvantes para irse.

Considerar los elementos emocionales para obtener el compromiso es otro factor que está entrando en juego: la búsqueda del equilibrio trabajo-familia-vida personal puede ser un elemento diferenciador si además el clima laboral es armónico y agradable. Y, no cabe duda, que en cualquiera de las áreas de la empresa las interrelaciones departamentales y con el cliente externo pasan a ser un foco de suma importancia. Establecer cercanía con el cliente, conocer sus necesidades y orientarlo se vuelve una tendencia de servicio al cliente ineludible.