¿Das a tus talentos posibilidades de crecimiento?
Siguiendo en la tónica de anteriores boletines, hacemos énfasis en desarrollar una cultura organizacional sólida como base de retención de talentos, así como procesos de selección libres de prejuicios y orientados a priorizar, además de la formación y experiencia, la capacidad de liderazgo, el compromiso, los valores, la pasión, el entusiasmo y la innovación. Las organizaciones deben mostrar transparencia, sostenibilidad, políticas de recursos humanos acordes al tiempo en el que están insertas, desarrollando una imagen de marca que sea atractiva y coherente entre lo que la empresa quiere mostrar y lo que realmente es. Dentro de la cultura interna los líderes deben ser formados en cuanto a la escucha activa y la resonancia afectiva con sus equipos, en generar sentido de pertenencia, reconocer el desempeño, fomentar la capacidad de reacción frente a los imprevistos, facilitar el desarrollo del potencial de cada quién. Lideres que reconozcan y manejen las diferencias entre las generaciones que conviven en la empresa.
Las nuevas generaciones quieren información clara y precisa, conocer su ruta de carrera y cuánto la empresa hará por su desarrollo profesional y económico. No son de aquella generación de permanencia y estabilidad, sino la de sus propios intereses y la gestión de Recursos Humanos es conocerlos y diseñar programas que los contemplen, si quieren retenerlos. La mayoría tiene compromiso con ellos mismos, con la búsqueda de la satisfacción en lo que hacen, que sea divertido y bien remunerado.
El trabajo de recursos humanos es asumir la responsabilidad de la formación y desarrollo, ya no como era antes, diseñando planes de entrenamiento que no siempre se comprobaba su efectividad, sino planes de formación orientados al desarrollo integral de las personas, lo que redunda en hacer mejores profesionales, en cuidar el buen clima organizacional y, por ende, las interrelaciones en toda la organización. Más que nada se trata de un enfoque humano, que es la tendencia que nos ha marcado la pandemia y la forma diferente de enfocar el trabajo.
Si bien lo económico es prioritario, sobre todo en países como el nuestro dónde el poder adquisitivo disminuye día a día y ya no tenemos aquella clase media que podía tener su propio vehículo y su vivienda, estos dos últimos años nos han enseñado que si se consideran las diferencias, aún cuando se pierda la equidad interna y la gestión esté más orientada a la gente, el impacto será más positivo y hará que la imagen de marca de la empresa sea atractiva para captar buenos talentos.