Estamos viviendo tiempos revueltos a todo nivel. Tiempos de sobrevivencia. Hiper incertidumbre. Momentos en que la resiliencia es fundamental para mantener la esperanza. No hay máxima más cierta que el cambio es constante, la sorpresa diaria.

El apoyo a empleados y trabajadores es fundamental. Las empresas están haciendo un gran esfuerzo por brindar opciones de mitiguen la inseguridad económica y en algo mantengan el poder adquisitivo de lo básico. Las remuneraciones se desactualizan con una rapidez que es superada por la hiperinflación. Se busca retener, evitar renuncias en posiciones claves, sin que el éxodo de talentos asegure permanencia. Ya no se trata de encontrar los perfiles ideales sino los perfiles posibles que permitan continuar con las operaciones. Esto exige, en posiciones medias, un gran esfuerzo de acompañamiento de la alta gerencia para desarrollar las áreas en las que aún no se tiene experiencia. Y aun así no hay garantía de permanencia. La búsqueda de mejores ingresos, aunque las personas se sientan bien en su entorno laboral, determina que miren hacia otras empresas o hacia el exterior. Las empresas que no tengan paquetes Recursos Humanos sin Fronteras mixtos pasarán una vía crucis en la búsqueda de talentos, las remuneraciones en bolívares pierden capacidad día a día. Si no se tiene gente bien pagada su pensamiento estará en cómo llegar a la próxima quincena, en cómo conseguir alimentos o medicinas. O cómo sortear horas y horas de falta de luz o internet o de agua.

El llamado salario emocional, junto con compensaciones y beneficios competitivos, tiene tanto o más peso que éstos. La función de recursos humanos y de cada líder en su área es encontrar mecanismos de motivación para mantener el ánimo.

El rol de la empresa ha cambiado, hay una mirada mucho más cercana, un apoyo constante en cualquier área a su gente. Son tiempos solidarios y de remar todos en la misma dirección para obtener los objetivos, las metas, sin descuidar lo humano de las organizaciones.

Quienes no lo tengan claro tendrán muchas dificultades en captar talentos y mantenerlos. Ya no importa la equidad interna, importa retener, formar, desarrollar y compensar, en algo, las necesidades.